domingo, 1 de abril de 2012

ANCAP, en la mira de la oposición.


En los últimos días vivimos una fuerte ofensiva de los partidos tradicionales contra Ancap en una etapa de la empresa donde comienza a trascender fronteras.

No es la primera vez que se realiza, más bien , ha sido constante desde que asumió el gobierno el FA pero ahora es más sistemático y más profundo este ataque.
Tampoco es novedad que los partidos tradicionales ataquen a esta empresa emblemática de los uruguayos. Recordemos que , una vez llegada la democracia, se llevó adelante una política sistemática de desinversión y, a la vez, mediáticamente y desde el gobierno ( recordar el gobierno de L.A.Lacalle) se decía que era cara y que convenía importar el combustible ya procesado.
Afortunadamente el propio sindicato, FANCAP, asumió el desafío de defender la empresa, el PIT CNT hizo otro tanto y también el FA y por medio de un plebiscito las cosas volvieron a su sitio.
Qué es lo que sucede hoy? ANCAP, la empresa más importante del Estado, levanta vuelo, se regionaliza, se moderniza en su funcionamiento y en su infraestructura, se diversifica con biocombustibles, producción de azúcar y alimento animal, fortalece al pequeño productor rural y al asalariado y los asienta en su hábitat natural, genera inversiones industriales, crece en cementos montando nuevas fábricas para convertirse en proveedora de la región, comienza a trabajar en yacimientos petroleros en Venezuela, en Argentina, próximamente en Perú , en Angola, y, lo que duele más, en nuestro propio país , tanto en tierra como en el mar.
Todo eso lastima, golpea a mentes pobres y con otros intereses, diferentes a los del pueblo uruguayo y les obliga a salir a boicotear y atacar.
Hoy escuchamos ataques sobre “el déficit de Ancap” en 2011. No sólo se bastardean las cifras porque gran parte de las mismas responden a inversiones sino que se deja de lado que gracias al sacrificio presupuestal de ANCAP se pudo mantener una inflación que amenazaba con desmadrarse.
Ninguno de los que la atacan hablan del superávit de Ducsa, de los ahorros de funcionamiento como el contar con barcazas de transporte de combustible, de la modernización de las plantas de cemento que hacía 50 años no se actualizaban en un país que tiene el mejor cemento de la región.
Quienes hoy atacan a Ancap ven con preocupación cómo se potencia la empresa y olvidan ser los responsables  de borrar el servicio del trenes en el país para favorecer otros medios de transporte no estatales asi como lo hicieron con la flota mercante nacional, de sumir a OSE, la propia ANCAP, UTE y El Correo es situaciones de caos organizativo y déficit crónico.
Mostrar el hoy de ANCAP es la mejor defensa que se puede realizar.



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