El secretario general de la Junta Nacional de
Drogas, sociólogo Julio Calzada, anunció el inicio de una campaña nacional para
regular el consumo de alcohol. Precisó que las medidas que se adoptarán no
tienen una visión “puritana” y el abordaje será diferente al que se instrumentó
para el tabaco.
¿A qué se apunta con un mayor control del consumo de alcohol?
Primero es necesario aclarar que esto no es una campaña en contra del
alcohol. Esto tiende a regular el mercado del consumo de alcohol. Esta es una
sociedad que consume mucho alcohol. Hay 900.000 uruguayos de entre 16 y
64 años que consumen alcohol habitualmente. Es enorme la prevalencia de una
sustancia que tiene dos problemas asociados, uno que no es inocua y causa
perjuicios a la salud, y otro que provoca que la percepción de riesgo sea bajísima
entre los consumidores. Una de las tareas es modificar la percepción de riesgo,
eso implica un cambio cultural. No significa plantear la prohibición ni una
estrategia puritana en contra del consumo. Pero reconociendo que el consumo es
una realidad, lo que nos queda por hacer es que ese consumo implique el menor
riesgo para la salud.
¿Sobre qué ejes se trabaja?
Apuntamos a sensibilizar con campañas de educación entre la población que
tiendan a generar una visión real del alcohol. No es inocuo y su consumo debe
darse bajo determinadas condiciones y contextos. Hicimos una campaña con el
INAU que permitió llegar a importantes sectores de la población. También con el
Ministerio del Interior hicimos una campaña en el Carnaval, llegando a otro
público. La aceptación de este tipo de intervenciones ha sido muy buena.
¿Cuál es la reacción del comercio?
El comercio tiende a maximizar sus ganancias y estas cosas no siempre son
bienvenidas, pero tampoco hemos tenido grandes dificultades. Nosotros no
tenemos un ánimo fiscal, acá nadie sale a recaudar con esto. En la campaña de
control que hicimos con INAU los vehículos estaban claramente identificados
para que los negocios supieran que estaban siendo observados para que
cumplieran con la normativa vigente. Es importante establecer normativas
claras. Este año hicimos el intento de llevar adelante el programa de
sensibilización de bares, restoranes, y otros locales de expendio de alcohol en
Canelones, Maldonado y Rocha y no fue exitoso. Quedó librado a la responsabilidad
de los empresarios y fue muy menor la participación, no hubo un involucramiento
activo de los comerciantes.
¿Se regulará la publicidad?
Hay que avanzar en la regulación de la publicidad. No cualquier publicidad
vale. Esto no quiere decir que se vaya a prohibir la publicidad, sino plantear
determinados parámetros que permitan intervenir de manera clara cuando no se
cumplen determinadas pautas. Deberán emitirse en determinados horarios para
proteger a los niños, niñas y adolescentes. Tenemos claro que estas
restricciones podrían generar una resistencia social importante, a diferencia
de lo que ocurrió con el tabaco.
A nuestro favor, contamos con una
encuesta que nos dice que más del 80% de la población apoya medidas más severas
para controlar la venta y consumo de alcohol. Acá no hay una lógica puritana
sino prevencionista para modificar determinados patrones de consumo. Esto es un
proceso que no se resuelve en un solo período de gobierno.
¿El esquema de control puede ser similar al que se implementó para el
tabaco?
No estamos hablando de la misma sustancia ni patrones de consumo similares
porque el cigarrillo provoca además otros daños. El tabaco causa daños a
terceros de forma inmediata, cuando los potenciales daños que puede causar el
alcohol a terceros son diferidos, puede ser un accidente de tránsito, laboral o
la violencia doméstica. Por eso el abordaje debe ser diferente.
El tabaco aumentó su precio tras las regulaciones, ¿ocurrirá lo
mismo con el alcohol?
La regulación por precio tiene aspectos positivos y también dificultades. En
algunos lugares ha dado resultado y aquí lo tenemos a estudio. Eso no quiere
decir que se vaya en esta dirección. La regulación por precio tiene una
dificultad y es que quienes consumen se pasan a bebidas de más bajo costo, y
cuanto más baratas peor es la calidad. En esto hay que ser cuidadosos. Entre
los consumidores diarios de alcohol un 22% dice que ninguna medida modificará
su patrón de consumo, ni el precio, ni menos locales de venta, ni nada. Dicen
que seguirán consumiendo”.
Fuente: La República
No hay comentarios:
Publicar un comentario